martes, 8 de diciembre de 2009

¡¡¡Silencioo!!!


El silencio, eso que de vez en cuando es una necesidad y que no es fácil de conseguir, es uno de los grandes problemas en el aula.
Los profesores luchan por conseguir minutos de silencio necesarios para dar una clase en condiciones, pero con niños de ciertas edades no siempre es una tarea fácil, y no todos los métodos son efectivos.


Mi propuesta para conseguir silencio en clase es la siguiente: cuando alguien esté hablando, el profesor/a podría decir: "quien me oiga que de una palmada", y los niños que la escuchen deberían darla. Si no todos los niños la dan, tendría que seguir diciendo "quien me oiga que de dos palmadas", y así hasta conseguir que toda la clase de palmadas. Así todos los niños prestarían atención al profesor/a y seguirían la clase.


Esta idea la cogí de una clase de un colegio al que visitamos el año pasado, la verdad es que me resultó bastante interesante y creo que podría ser efectiva.

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